Inestabilidad atlantoaxoidea o subluxación atlanto-axial

14.09.2018

La inestabilidad atlantoaxial, conocida también como subluxación atlantoaxial, sólo es identificada radiológicamente, por movilidad o laxitud incrementada entre el cuerpo del atlas y el proceso odontoideo. La articulación del proceso odontoideo de C2 (axis) con el arco anterior del C1 (atlas) permite 50% de la rotación lateral cervical; en condiciones normales de flexión o extensión cervical extrema, la competencia de los ligamentos transverso y alares limita el traslado posterior de la odontoide. 

Cuando una persona tiene inestabilidad atlantoaxial, la incompetencia del ligamento transverso o el daño del proceso odontoideo permiten su traslación posterior y, potencialmente, dañar a la médula espinal; por ello, todo individuo con inestabilidad confirmada tiene restricción de participar en deportes de contacto y aquellos que requieren flexión o extensión cervical significante.  

En conclusión significa que es una complicación de la columna vertebral que puede ocasionar una mala alineación entre estas dos vértebras y provocar un compromiso neurológico.

Persona con SEDC con inestabilidad atlanto-axial.
Persona con SEDC con inestabilidad atlanto-axial.

Dicha patología es frecuente en personas con displasias esqueléticas o trastornos óseos asociados a mutación en el gen COL2A1. En estos casos excepcionales, el cuello, de modo repetido, sufre dislocaciones , dañando la médula espinal. Este daño a la médula espinal puede ser permanente o incluso fatal. Para estar alerta de esta posibilidad, deben realizarse rayos X y revisiones periódicas tan pronto como exista un diagnóstico de dichas condiciones para detectar cualquier tipo de problema estructural.

Es importante ponerse muy rápido en contacto con un médico si una persona con colagenopatias tipo II experimenta cualquiera de los siguientes síntomas de comprensión de médula espinal:

  • Dolor de cuello o espalda
  • Entumecimiento o dolor en los brazos, manos o piernas
  • Perdida de control de brazos o piernas

Las personas con colagenopatías tipo II especialmente displasias esqueléticas deben recibir controles neurológicos de modo regular (es recomendable también mantener un registro de rayos-x que muestren los cambios que se vayan presentando) para evaluar la estabilidad en el cuello y la función de la médula espinal, para así identificar los futuros problemas de forma precoz y no identificarlos cuando ya sea demasiado tarde.

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